viernes, 27 de octubre de 2006

La Matrona

El pasado miércoles, día 25, tuve mi primera cita con la matrona. Trás haberme leido ya varios libros sobre el embarazo y el supuesto papel "fundamental" que deben desempeñar estas profesionales, en las que nosotras debemos "depositar toda nuestra confianza", yo, he de reconocer, que iba bastante escéptica, esperando encontrarme la típica amargada harta de ver todos los días lo mismo. Pero nada más lejos de la realidad, estaba equivocada.
A pesar de ser una trabajadora de la seguridad social (es decir, funcionaria), me encontré con una mujer encantadora, que adora su trabajo y que me dedicó todo el tiempo que fue necesario (no hay más que decir que estuvo conmigo unos 35 minutos, ¡donde se ha visto eso en un centro de salud público!).
Como podéis imaginaros, la consulta dio para mucho. Después de explicarme en detalle todo lo que había que explicar, rellenar todos los datos de la "Cartilla de la embarazada", y babear un rato sobre las ecografías del pequeñajo, me puso ese aparato extraño que no tengo ni idea de como se llama y volví a escuchar su corazoncito. Ahí estaba, latiendo con fuerza y deprisa, como si estuviese corriendo una marathon.
Salí muy contenta por todo: por volver a oirlo, por el trato recibido y por saber que aún quedan funcionarios en la sanidad que son capaces de tratar a los pacientes como personas.

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